Tropiezo colosal del líder ante un incrédulo Leganés
2 min readColosal batacazo del Barcelona en casa, ante uno de los equipos más flojos de la categoría, al que bastó con marcar un gol nada más comenzar a la salida de un córner y fiarlo todo a su portero en las escasas ocasiones que generó (claras, pero muy pocas) el Barcelona para llevarse un triunfo histórico y forzar un ridículo colosal del líder, que había visto la noche anterior como el Madrid empataba y podía aumentar su ventaja. Imperdonable. Y Araujo tendrá que esperar para reaparecer.
Otro tropiezo en casa, segundo consecutivo después del encuentro ante el Las Palmas, con una diferencia: el conjunto canario aportó fútbol. Y, además, en el tramo final de aquel partido hubo dos penaltis claros a los que agarrarse para buscar una explicación. Esta vez no hay explicaciones que valgan.
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Otra cosa esperaban, sin duda, los aficionados que decidieron desafiar el frío e ir a ver un Barcelona-Leganés. De buenas a primeras el partido, ya de por sí desapacible y con una especie de Charanga del Tío Honorio como único foco de ambiente, por llamarlo de alguna manera, en el espacio que hasta hace poco ocupaba la Grada d’Animació, se puso hosco y desagradable.
Muy empanado se presentó el Barça. Peña tuvo que evitar el gol de Munir en una internada en un despiste defensivo inicial, pero a la salida del córner que cedió el meta el Leganés se avanzó en el marcador con un remate impecable de cabeza de Sergio González, libre de marcaje ante la desidia general.
Bastó esa acción para que el partido fuese infumable. Le correspondía la marca a Koundé, pero se despistó y Eric no pudo llegar, bloqueado. A partir de ahí, a remar. Pero los músculos estaban atrofiados. Ni ideas ni ritmo. Y el poco ritmo que había lo rompía el Leganés con pérdidas constantes de tiempo.