Recital azulgrana con un Lamine Yamal imparable
2 min readBrutal obra maestra la que brindó el Barça a los aficionados que subieron a Montjuïc para dar la bienvenida a los partidos de Copa. El conjunto azulgrana, con un Lamine Yamal absolutamente estratosférico, va con la inercia de su velocidad de crucero tras su avasallador triunfo en la Supercopa frente al Real Madrid, por un rotundo 5-2. El título fue presentado a la afición, con el Betis haciendo el pasillo, y el equipo azulgrana dio continuidad al placer colectivo que generó desde Arabia. Derrotó a los verdiblancos por 5-1, con goles de Gavi, Koundé, Raphinha, Lamine Yamal y Ferran, y está, literalmente, a cuatro partidos del segundo título de la temporada. Vitor Roque regresó y marcó, de penalti provocado por Rodríguez, el gol del honor bético.
Otro Barça ha vuelto tras las fiestas navideñas. Frente al Atlético ya se vio un partidazo coral del equipo de Flick, pero con errores puntuales que se pagaron muy caros. En el regreso, el equipo de Flick está en modo apisonadora. Cinco goles, otros dos anulados y un tiro al palo certifican el recital, con la dirección magistral de Pedri y la fantasía arrolladora de Lamine Yamal.
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Incluso Frenkie de Jong, titular ocupando el sitio de Casadó, arrancó alguno de los muchos aplausos con los que la numerosa afición que desafió al frío en Montjuïc, premió el recital del Barça en el primer acto copero en Montjuïc.
Frenkie encabezó una serie de rotaciones respecto a la Supercopa: una por línea, además de las obligadas, de Iñigo por lesión y Szczesny por sanción, sustituidos por Araujo y Peña, respectivamente. En la defensa, Gerard Martín jugó por Balde; en la media, el neerlandés por Casadó; y arriba, rotó Lewandowski para que Olmo ocupase esa posición de falso ‘nueve’, una ubicación que descolocó por completo a los centrales béticos, que anduvieron cazando sombras toda la noche.
Al valioso delantero le bastaron tres minutos para exhibir sus cualidades en esa demarcación, en absoluto extraña para él, al habilitar a Gavi para que, llegando desde atrás, controlase con la derecha y rematase a gol con la izquierda. El Barça salió con la inercia de su exhibición árabe y ejerció una presión sobre el conjunto bético que obligó al merta Vieites a rechazar un remate de Olmo, que también poco después remató alto en otra buena oportunidad.